Homeopatía

La homeopatía es una alternativa médica ampliamente aceptada en muchos países del mundo de tal manera que la práctica médica tradicional o la medicina alopática reconocen su terreno.
 

Se basa en la teoría de que la causa de la enfermedad es similar a su cura. Por lo tanto, el tratamiento consiste en la administración de pequeñas cantidades de una sustancia natural muy diluida que, cuando se toma en dosis más grandes, causaría los mismos síntomas que la enfermedad.

No hay certeza sobre cómo funciona la homeopatía pues los homeópatas creen que los síntomas son una manifestación de los esfuerzos del cuerpo para curarse a sí mismo. Por lo tanto, buscan la sustancia que causa los síntomas de la enfermedad en personas sanas.

El uso de la homeopatía cubre casi todas las enfermedades, aunque son más importantes en algunas enfermedades crónicas no graves y se usan en muchas otras formas de medicina natural para combinarlas, como la acupuntura o la quiropraxia. Los medicamentos homeopáticos se fabrican en series de dilución.

Se mezcla un extracto de una planta medicinal o sustancia animal cuidadosamente examinada con una cantidad de agua, alcohol puro y azúcar en una proporción aproximadamente 100 veces mayor, se agita vigorosamente y se diluye nuevamente. Se requiere agitación entre cada dilución. Este proceso se repite hasta que no se encuentre ningún rastro del extracto original.

Según la medicina homeopática, no hay dos enfermedades similares, por lo que no debe haber medicamentos idénticos. Todo debe ser diagnosticado y cada remedio formulado de acuerdo con las características básicas del paciente.

La atención especial dada a cada individuo es, por lo tanto, una de las pautas más importantes de la homeopatía. Para el tratamiento, el médico homeópata realiza un examen del paciente y selecciona un solo medicamento que ni siquiera puede curarlo, pero que no lo dañará porque está muy diluido.